miércoles, 7 de diciembre de 2011



Recordando a los hermanos que padecen esta prueba de imperfección en el cuerpo físico, elevamos un rezo en este día y por siempre.

Con la mirada hacia el entendimiento pedimos claridad para saber qué es lo que la humanidad toda debe aprender de esto ¿tal vez compasión?, ¿ablandar a los corazones?

Pedimos que despierte la consciencia, que se multiplique el trabajo aterrizado por y para la conscientización, informando, difundiendo, previniendo en contra de la ignorancia que genera al monstruo del miedo.

Que ni un hermano más en el planeta se contagie pedimos, acompañamos en espíritu a los hermanos discriminados, abandonados, incomprendidos, rechazados; a quienes se encuentran en soledad viviendo este proceso en los albergues para enfermos de SIDA, en sus hogares porque sus familias y amigos se hicieron a un lado por miedo.

Por los niños contagiados por la madre, por quienes no cuentan con los recursos para atenderse, por los que no saben a dónde acudir por ayuda, por los que no entienden el proceso de la enfermedad y además del dolor físico se rebelan ante el Creador y la vida, que la paz de Dios sea en sus corazones.

También pedimos por los corazones tristes que han perdido a un ser amado, que el consuelo llegue nuestros corazones.

Sea pues

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